Esta iniciativa, sin embargo, es sólo una pequeña parte del trabajo de la Federación, puesto que todos los días el Banco Alimentar recibe cerca de 100 toneladas de alimentos procedentes de la industria alimentaria, de cadenas de distribución, de mercados y de comercios. Se trata, según explica la presidenta de la organización, Isabel Jonet, de "recuperar excedentes de producción alimentarios" para distribuirlos a través de instituciones sociales a las personas que más lo necesitan.
Así, según estimaciones de la propia Federación, un total de 280.000 personas con carencias alimenticias se beneficiaron el año pasado de estos alimentos gracias al trabajo esta organización, si bien, según afirma Isabel Jonet, "todos los días hay pedidos no satisfechos". Es más, señala que los centros sociales se están viendo "asfixiados" por la falta de recursos y el número creciente de personas que acude a ellos en busca de ayuda. "Hay cada vez más personas a pedir. El gran problema es el desempleo", asegura.
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